Descripción

Cuidar de la cosmética sólida es fácil si la conservas bien después del chapuzón. La dejas secar un poco y… ¡vuelta a casa! La caja de corcho es un lugar muy acogedor, seguro y aireado en la que tu cosmética sólida disfrutará sus ratos de descanso, incluso en los viajes.

El corcho es un material antifúngico, duradero y protegerá a tu cosmética sólida de microorganismos además de dejarla respirar lo suficiente, pero siempre transpirando por arriba, sin dañar tus muebles. Esta caja te ayudará a alargar todo lo posible la vida de tus productos de cosmética sólida. Es perfecta para el medioambiente, tu bolsillo y tu tranquilidad.

Puedes tener la seguridad de que tus sólidos están a salvo: está fabricada de tal manera que la tapa hace la presión suficiente como para que no se abra. El corcho lo pone fácil: ¡es un material que no se desencaja ni afloja!. Con los cuidados apropiados, puede durar muchos años, no se rompe al caer ni se deforma, mantiene a raya a posibles microorganismos y hongos, por lo que no se pudre incluso en constante contacto con la humedad. Aun así, se aconseja mantenerla seca en la medida de lo posible.

La caja de corcho está fabricada a partir del alcornoque y, como no podía ser de otra manera, de manera respetuosa. Desde su obtención hasta su fabricación. El corcho se extrae sin dañar el árbol del alcornoque cada nueve años. Así, se desprende con facilidad y el alcornoque puede seguir produciendo toda su vida, que suele rondar los 300 años (¡sí, wow!). Para generar el menor impacto posible y no dañar el corcho ni introducir químicos innecesarios, el nombre de la marca está grabado a fuego en la tapa superior y… ¡lista para disfrutarla!

Si tienes que desecharla, al ser 100% compostable y biodegradable, puedes depositarla en tu propio compost o en el contenedor de basura orgánica.